ElarannE
Elaranne es el principal continente del mundo (a menudo llamado también Elaranne o Mundus, por los riadeim) y el único conocido por la humanidad. Se especula con la existencia de al menos otro continente llamado Kelah´al, el lugar de procedencia de la raza eliir, pero los pasados intentos de llegar hasta sus costas acabaron en desastre por lo que se mantiene como un mito. Las Tierras de la Noche, situadas al oeste de Elaranne, no se consideran un continente a pesar de su extensión, sino un lugar situado a medio camino entre el mundo físico y el de una dimensión sombría. Cualquier humano lo bastante temerario para desembarcar en sus costas es engullido por las sombras y jamás vuelve a emerger de la oscuridad.
Elaranne está compuesta por cuatro grandes regiones: Balaeron, Tarkesia, el Yermo Helado y Fynnar. Las dos últimas están deshabitadas en gran parte de su extensión, pero en Balaeron y Tarkesia se levantan reinos y naciones que poseen siglos de historia. Debido a su extensión, es posible encontrar muy diversos tipos de terreno y clima en el continente, desde el clima subártico de la tundra del Yermo Helado y de Fynnar, pasando por el clima templado del enorme bosque de Athael, hasta el tórrido desierto de Alqejid, las selvas sureñas y los bosques durmientes de Varagor.
La mayoría de mitos y leyendas de la humanidad afirman que llegaron a Elaranne hace unos cuatro milenios y que surgieron del monte Ayrat, un volcán sagrado situado en el sur del continente. La humanidad vivió durante milenios supeditada a los eliir, una misteriosa raza que afirmaba ser la encarnación de la voluntad de los dioses. Con el tiempo la humanidad y los eliir se distanciaron hasta que estos acabaron por desaparecer de la faz del continente.
Balaeron
Fue, durante siglos, una tierra inexplorada para la humanidad. Con el tiempo, el rey Aeron Saandeth y sus descendientes la exploraron y colonizaron extendiéndose de sur a norte y de este a oeste. Fue la sede, durante más de un milenio, del imperio de Bal Aeronis. Tras la caída del milenario imperio, surgieron varios reinos y naciones de sus cenizas. En la actualidad hay cinco de ellos: Merethia, Eltar, Norvador, Isgarad y Moradhair. Existen otras naciones de menor entidad, como el Ducado de Kaedyr, Las Ciudades Libres, o la República de Messel, pero esos cinco reinos aglutinan a la mayoría de los habitantes y territorios de la región.
Es un viejo templo levantado sobre ruinas de los eliir, convertido a la fe de los Tres, situado entre Beraelis y Cealis, en territorio de las Ciudades Libres. Es un lugar de retiro, silencio y contemplación para sacerdotes, monjes y ascetas. Normalmente sirve como retiro para los miembros de la Iglesia demasiado viejos, enfermos, cansados o que deban desaparecer discretamente de la vida pública. También son admitidos nobles y eruditos, a cambio de dinero, tierras u otros favores. En esta abadía los hermanos tienen prohibido hablar excepto durante el amanecer y la puesta de sol (dos horas al día).
Es la capital del Dominio de Moradhair y una de las ciudades más antiguas de Balaeron. Fue construida originalmente como un pequeño asentamiento de las sacerdotisas de los Mor´aew´Gail alrededor del Mor Etuin, el viejo y titánico árbol quebrado en tiempos remotos. Con el tiempo creció hasta convertirse en una ciudad que pasó a manos de los sucesivos ard´ains como la capital del Dominio y una ciudad neutral y de paz para los nueve clanes.
El gran bosque de Athael se erige en el corazón de las tierras de Balaeron, eterno, vigilante y rodeado de misterios. Está compuesto de multitud de bosques menores, de diferentes especies de árboles, alrededor de un extenso y milenario bosque central.
Las leyendas cuentan que antes de la Separación, ocho siglos atrás, Athael era el hogar de los elusivos eliir. La extraña raza mantenía su propia nación, La Custodia de Athael, y un solo asentamiento, la mítica Ciudad Invisible de Liath´ain. Pero los eliir y la humanidad terminaron por chocar y el miedo a las trampas, sortilegios y maldiciones de los primeros, mantiene a los atemorizados hombres lejos del bosque… a la vez que llama a unos pocos obsesionados por descubrir las reliquias abandonadas de la misteriosa raza.
El bosque late a su propio ritmo, que no siempre acompasa al del resto del mundo. Las nigheanain, las sacerdotisas de los viejos espíritus, y las Sombras Verdes, sus guerreros y servidores, lo cuidan con fiereza y velan por que nadie se interne en los lugares sagrados de Athael. Y aunque muchos lo ignoran, los viejos espíritus y los eliir no fueron precisamente aliados ni buenos amigos. El bosque es, en definitiva, una oda a la vida, al poder de los espíritus y al pasado, pues parece aferrarse con tristeza a los recuerdos de un tiempo remoto y que quizá nunca se repita.
Principal ciudad de la desaparecida nación de Bal Aeronis. Fue la capital en el norte compartiendo dicho rango con Euhm (donde estaban situados gran parte de los órganos de gobierno) desde el establecimiento del reino en el 1132 a.S. y hasta el 42 d.S. momento en el que la ciudad fue saqueada y abandonada durante la revuelta contra la familia imperial. Ahora descansa bajo las aguas y el lodo del pantano de Regald tras ser inundada por los antiguos magos imperiales, algunos dicen que por el propio Irnon Dei.
La Marisma de Naitaidh, las tierras costeras de un enorme golfo semicircular, es conocida como un lugar de singular belleza, repleto de vida, vegetación y agua. Una gran cantidad de ríos, manantiales y fuentes van a parar a la marisma. Entre las desembocaduras de dos de los principales ríos de Balaeron, el Medis y el Ilean, se encuentra el Descanso de Cluingh. Es una zona de verdes prados, bosques dispersos y suaves colinas que llegan hasta la orilla del mar. Cerca de la costa, hasta donde alcanza la vista, se ven multitud de islotes y farallones cubiertos de abundante vegetación. Millones de aves llegadas tanto del norte como del sur convergen aquí en los meses invernales, buscando la seguridad, la buena temperatura y el alimento que les proporciona este lugar.
En Moradhair hay viejas leyendas acerca de este emplazamiento. Los bardos y la tradición oral de las nigheanain cuentan que el Descanso de Cluingh es el lugar donde la última de las familias de los gigantes de la antigüedad, los athuin, abandonó este mundo. Perseguidos por fuerzas hostiles y aniquilados, pidieron a los Mor´aew´Gail, los viejos espíritus, que los protegiesen. El líder de los gigantes, el gran Cluingh, realizó el complicado ritual que acabó con la mitad de su pueblo. La leyenda dice que los Mor´aew´Gail los transformaron en roca y con el paso de los siglos se convirtieron en los islotes que permanecen frente a la costa, sumidos en un sueño de piedra y agua, y acunando la vida a su alrededor. Su salvación se convirtió en su sueño eterno.
Y no obstante, muchos susurran que durante las noches sin luna, las más oscuras en las que es imposible ver nada, Cluingh y los suyos despiertan y se lamentan, con la voz de la roca y el viento sobre el mar, por su triste destino.
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También se la conoce como la Fjäris Dar Hullen, su nombre en la lengua de los Grondar, y como la Cima del Invierno, un nombre ya caído en desuso. Se encuentra en la impresionante cordillera de las Haldgeirr, situada entre Norvador e Isgarad. Es la montaña más alta de toda la cordillera y una de las más elevadas del continente, superada tan sólo por algunas en el sur. Su pico es característico, quebrado en dos y con vertiginosas paredes verticales de granito en su cara sur. Esta rodeada, por la zona norte y oeste, por un glaciar que algunos conocen como el Manto de Escarcha.
La montaña tiene una fama temible. Hace siglos era territorio sagrado para la tribu de los Grondar, que realizaban sacrificios para aplacar a una bestia que creían vivía en su interior. Setenta años atrás, un dragón surgió del interior de las Haldgeirr, algunos dicen que de las entrañas del propio Gigante de Escarcha, y asoló a las poblaciones cercanas. Por suerte, la bestia, apodada como Myrkhonos, fue abatida por un grupo de treinta y cinco valientes diez años después. Otros hablan de feroces y repulsivos humanoides, los vorgrorn, que viven en ella. Lo que es indudable, es que la primavera nunca llega a las laderas del Gigante de Escarcha, donde siempre es invierno. Todo eso hace que la montaña se haya ganado su fama ominosa.
Reino fundado en el año 69 d.S por Elimor Reindren, nació como un reino hermano y dependiente de Norvador, aunque esa relación se rompió con el tiempo. Es el país que más se parece a lo que fue la antigua Bal Aeronis, al menos según la interpretación actual de los isgarios. Los Caballeros del Lirio se convirtieron tras la Guerra del Lirio y la Rosa en el alma del reino, y en sus ciudadanos ideales. Isgarad se ha convertido de facto en la principal potencia de las naciones norteñas, con tan solo la oposición de Moradhair.
El rey de Isgarad, Arvius Vain Landaver, gobierna desde hace unos años tras la muerte de su padre, el rey Bedius, cuyo gobierno fue despótico y estuvo plagado de conflictos y guerras. Gobierna en conjunción con los líderes de las grandes familias: los Reindren, Garied y Dorial. El país parece dirigirse hacia una nueva e inminente guerra contra Moradhair.
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Oculto en el corazón del bosque, que no es necesariamente el centro geográfico del mismo, se encuentra un lago alimentado por docenas de torrentes, barrancos y fuentes que bajan desde las verdes y lluviosas montañas Aolhar. La particularidad de este lugar es que las aguas siempre permanecen estáticas e inamovibles, aunque sople una galerna, y que reflejan todo con una enorme claridad. De ahí que a uno le parezca estar contemplando un espejo de decenas de miles de metros cuadrados situado en un entorno de gran belleza natural.
Pocos han llegado a contemplar tal maravilla. Por un lado, las nigheanain consideran todo el territorio de Liath´ain como sagrado y no tienen clemencia con quienes entran allí sin ser invitados. Por otro, la leyenda afirma que la desaparecida raza de los eliir habitó a orillas del Lago durante incontables años en su fabulosa Ciudad Invisible, la capital de su reino conocido como la Custodia de Athael.
Aunque el temor a los misteriosos y engañosos eliir disuade a muchos, otros se han aventurado a buscar el lago y la legendaria ciudad, atraídos por los rumores de riquezas sin par y por la posibilidad de obtener grandes conocimientos o incluso la vida eterna, como la que se dice que disfrutaban sus habitantes originales. Que se sepa, ninguno ha emergido del bosque con éxito.
Reino fundado por Breol Unseir en el 46 d.S., convirtiéndose en el primer reino nacido de las cenizas de Bal Aeronis. Merethia tiene un pasado de grandeza, pero que actualmente ha venido a menos, estabilizándose como una de las principales potencias balaerianas, solo que bajo la sombra de Isgarad. Es considerado como la cuna del saber de Balaeron, debido a que en su territorio se encuentra la Orden de los Riadeim. También gracias a las academias que estos mantienen en sus principales ciudades, a sus extensas bibliotecas y a la cohorte de filósofos, pensadores y eruditos que florece alrededor de los magos.En la actualidad es gobernada por el rey Gilvar Blodwan Unseir y por los doce lores que gobiernan cada una de las doce regiones del reino.
Su fundador fue Maennir Senan en el año 49 d.S, aunque el concepto de pueblo moradheano existía desde mucho antes. Desde el principio fue una nación empeñada en ir contracorriente y en despreciar el legado de la vieja Bal Aeronis. Es una nación con un gran potencial nunca desplegado del todo por el espíritu ferozmente individualista de sus habitantes, que tan solo se unen cuando su patria es agredida. Moradhair es la única nación que, aunque profesa la fe de la Iglesia de los Tres, sigue manteniendo vivas sus viejas tradiciones y aún adora a los elusivos espíritus. Los bardos y poetas ocupan una posición de respeto, cercana a la nobleza, en la sociedad moradheana, solo por debajo de las nigheanain, las sacerdotisas de los antiguos cultos heréticos a los espíritus. En la actualidad está gobernada por Teorann ail´Dearty, el ard´ain de Moradhair. El país también es conocido como el Dominio de Moradh, puesto que el ard´ain no es considerado un monarca, sino como un líder de los thains o gobernantes de los nueve clanes del país.
Fundado en el año 61 d.S por Alvir Ginmur, Norvador siempre se ha caracterizado por el espíritu luchador y de capacidad de sufrimiento de sus habitantes, que cuentan historias de como una bruja de las tribus norteñas maldijo a Alvir y a todos sus seguidores y descendientes. Efectivamente, Norvador parece estar maldita y condenada a sufrir a la sombra siempre de las grandes potencias balaerianas. Actualmente el país se encuentra en una situación caótica, apenas controlado por su monarca y la nobleza. Algunos acusan al rey Andrid de enajenado y senil, y algunos de sus últimos actos así lo parecen sugerir. En cualquier caso, su avanzada edad y el hecho de que sus dos herederos hayan muerto en los últimos años, hace que la sombra de un inminente conflicto sobrevuele al país. Los cuatro duques de Norvador administran sus territorios de forma casi autónoma, y no es infrecuente que los marqueses o condes entren en conflicto, a menudo de forma violenta, entre ellos buscando así aumentar sus territorios o influencia.
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La orden de los riadeim, los magos de Balaeron, tiene su sede, hogar y feudo en la torre, situada en el interior de la isla de Varean, muy cerca de las costas orientales del reino de Merethia. En ella viven, estudian y trabajan los magos, cuyo número exacto nadie conoce, pero que se rumorea que apenas superan el centenar. Irnon Dei, el fundador de la orden, la estableció como la residencia de los magos imperiales, reconvertidos en riadeim, gracias a un provechoso trato que logró arrancarle al primer rey de Merethia. Rodeada de otros edificios menores, con una planta circular que se ensancha en la base y una altura sin rival en cualquier otra construcción humana, la Torre del Sol es una vista impresionante e inolvidable para cualquiera que la vea por primera vez.
Si hay algo que la caracteriza es la piedra blanca con la que está construida, que parece absorber e irradiar los rayos del sol. Incluso durante la noche, el resplandor sigue siendo visible, aunque su intensidad mengua a un suave fulgor. La Torre del Sol ha contribuido durante siglos a mantener la reputación de los magos de Balaeron. Se dice que durante las Siete Ruinas, cuando el mundo se tambaleó al borde de un cataclismo, la isla de Varean fue uno de los pocos lugares donde las calamidades no llegaron, protegida por la luz de la torre.
TARKESIA
Tarkesia es como se conoce a la enorme región que conforma la mitad sur del continente de Elaranne. Se extiende desde la cordillera del Muro de Lágrimas hasta la península de Elisanne y desde el Parshîl occidental hasta Varagor. Hay cuatro grandes naciones establecidas en sus territorios: Azoria, Karif, Varagor y Essur. También hay otras naciones menores como la Liga del Saddir, las Ciudades Estado de Nakhad, los pueblos del desierto, las naciones piratas o las islas de Poniente. Si hay algo que la caracterice es el enorme Desierto de Alqejid, que ocupa más de la mitad de la región y que condiciona con dureza la vida de sus habitantes.
Según la tradición, fue la primera ciudad construida por la humanidad con la ayuda de los eliir a los pies del Monte Ayrat, para que fuese el punto de encuentro de ambas razas para toda la eternidad. Su fundación parece datar de unos 2500 años antes de la Separación, aproximadamente, y en ella vivió la humanidad, junto a los eliir, en armonía. Con el tiempo Euhm fue perdiendo su importancia, primero política, social y por último religiosa. La ciudad fue destruida por el fuego durante el levantamiento del Profeta y sus seguidores en el siglo IV d.S. y desde entonces permanece abandonada. Entre los pueblos del desierto existe la creencia de que los espíritus de aquellos que murieron en el incendio y se opusieron al Profeta siguen en Euhm, castigados por el Supremo debido a sus pecados. También se la conoce como la Primera Ciudad, el Hogar Eterno y Lugar de Encuentro.
Mítico lugar que existió en la zona central de Tarkesia, donde abundaba la caza, el agua y la comida y en el que la humanidad gozaba de vidas largas y felices. La tradición dicta que fue uno de los regalos que los dioses dieron a la humanidad, haciendo brotar un lirio blanco siempre tocado por la luz del sol, alrededor del cual creció el Jardín. Fue Sarad el que destruyó al lirio y así condenó a su estirpe y al propio Jardín, que se marchitó y murió en pocos siglos, convirtiéndose en el Desierto de Alqejid.
Volcán mítico donde, de acuerdo con la tradición, el Creador dio forma a la raza humana usando roca y fuego. Para ello utilizó una veta de roca clara para los balaerianos y una de piedra oscura para los tarkesios. Se encuentra en las Montañas Prístinas, en el centro de Tarkesia, elevándose miles de metros sobre la ciudad de Euhm. Los pueblos del desierto han asociado el despertar de la montaña con el fin de la Creación y cualquier síntoma de que el volcán pueda activarse es visto como el anuncio de que grandes catástrofes están a punto de ocurrir.
Antes de la Separación fue la gran nación situada en la mitad sur del continente. Fue fundada por Tarkys, la primera reina de la humanidad. Tarkys, casada con Aeron, reinó sobre ambas naciones tras acabar con el dragón de sangre demoníaca que amenazaba a la humanidad. Tarkesia se convirtió entonces en un reino floreciente y refinado, lo que en cierto modo los distanciaba de sus más rudos vecinos norteños. Aunque Euhm era en teoría la capital de ambas naciones, el hecho de que se encontrara en territorio tarkesio enfurecía a sectores de la sociedad de Bal Aeronis. Con el tiempo fueron construidas varias ciudades, entre ellas Kaban Loir, la futura capital, y los tarkesios se desplazaron al norte de Maihl´ain o al sur del moribundo Jardín de Shezarel pues el desierto se iba adueñando de él. A la muerte de Tarkys hubo graves conflictos con Balaeron, que separaron a ambas naciones, pero estos se fueron solucionando durante un tiempo.
Colina de piedra con fuertes conexiones con los dioses, situada en el Jardín. Allí fue donde Sarad cometió su apostasía y provocó la desaparición de dicho paraíso. Una vieja leyenda ha estado asociada desde siempre con la colina, que un día bajaría de ella quien reunificaría y gobernaría a su pueblo, pero si esta profecía ha sido cumplida o no, es algo que no se sabe. La colina sigue existiendo, ahora rodeada por el desierto, y se dice que está protegida por una enorme y perpetua tormenta de arena. En los primeros tiempos de la humanidad se decía que los dioses hablaban a aquellos lo suficientemente virtuosos en las cuevas que horadaban la colina.
